Eli vino a este mundo un día soleado, esperada con gran alegría por sus padres.
Hermosa “güerita” llena de alegría e inquietud por conocer y probar las cosas de la vida.
Gran hija, obediente, responsable, madura, cariñosa, sonriente, alegre y amorosa. Muy pronto su creatividad y habilidades manuales se hicierón presentes.
Era un lujo verle dibujar, maquillar, diseñar, decorar. Siempre fue tan fuerte y madura.
En los momentos más difíciles de su vida nunca perdió el valor, la dignidad y la madurez para afrontar la realidad.
Eli fue una “hermosa flor” pues en la alegría o la tristeza siempre fue una gran aliada que hizo que estos momentos fueran llevaderos.
La fortaleza con la que afronto la vida es el ejemplo para que hoy quienes la aman podamos afrontar el dolor de su partida
Un día te fuiste y ya no volví a verte físicamente, pero tú presencia siempre está con tantos recuerdos que tengo tuyos, una niña muy hermosa, que siempre brilla como el sol. Te amo y deseo que seas muy feliz en donde quiera que te encuentres. Tu tía que te extraña y te recuerda con mucho cariño.
Ya regresó a la casa de Dios y nos deja un gran ejemplo de fortaleza y fe! Vuela alto mi niña!