
Cuando el mundo se detuvo en 2020, también lo hicieron los rituales, las despedidas y los abrazos. Miles de familias vivieron la pérdida de un ser querido en condiciones que jamás imaginaron: separación hospitalaria, restricciones, despedidas virtuales, silencios forzados.
Aunque los años avanzan, las heridas emocionales de esa etapa siguen presentes en muchos corazones.
Este blog busca abrir un espacio de comprensión, contención y paz para quienes aún sienten que algo quedó inconcluso. Porque el duelo post-COVID no terminó con el fin de la emergencia sanitaria: todavía está buscando su cierre.
🌫️ 1. Las pérdidas invisibles de la pandemia
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), aproximadamente 2 millones de personas murieron por COVID-19 en la región de las Américas durante los primeros años de la pandemia.
Pero más allá de la estadística, la pandemia dejó secuelas silenciosas:
Pérdidas sin despedida
Muchas familias no pudieron entrar a los hospitales ni acompañar el último momento de su ser querido. Esto genera un fenómeno llamado duelo congelado, descrito por la psicóloga y tanatóloga Pauline Boss, profesora emérita de la Universidad de Minnesota, como “la imposibilidad de procesar emocionalmente una ausencia que no se puede ver, confirmar o despedir”.
Culpa del sobreviviente
Personas que se preguntan:
-
¿Pude haber hecho más?
-
¿Me contagié antes y no lo supe?
-
¿Por qué yo sigo aquí y él/ella no?
Estas preguntas son reflejo del shock, no de la verdad.
Duelo colectivo
La pandemia generó una herida global que ha sido documentada por la American Psychological Association (APA) como “un trauma social que se manifiesta en tristeza, irritabilidad, ansiedad y sensación de amenaza prolongada”.
Estas pérdidas, juntas, crean un tipo de duelo único en la historia moderna: un duelo fragmentado, interrumpido y muchas veces silencioso.
🌱 2. ¿Por qué el duelo por COVID se siente “incompleto”?
Los funerales, los abrazos y los rituales no son ceremonias decorativas.
Son herramientas biológicas y psicológicas que ayudan al cerebro a aceptar la realidad de la pérdida.
La Universidad de Harvard explica que el cerebro necesita evidencia emocional y física para integrar la muerte de un ser querido. Cuando faltan los rituales naturales de despedida, el proceso de duelo puede quedarse detenido en las primeras fases: incredulidad, shock o negación.
Por eso, muchas personas que perdieron a alguien durante la pandemia pueden sentir que:
-
No saben dónde dejar su dolor.
-
No logran “avanzar”.
-
Aún esperan una llamada, un mensaje o un reencuentro imposible.
Esto no significa que estén “mal”. Significa que el cierre emocional nunca ocurrió.
🌿 3. Cómo sanar lo que quedó pendiente
La sanación del duelo post-COVID no ocurre olvidando lo sucedido, sino creando ahora un espacio para lo que no pudo hacerse entonces.
Aquí van prácticas avaladas por especialistas en tanatología:
🌾 3.1. Realizar una despedida simbólica
La tanatóloga mexicana Gaby Pérez Islas explica que “los rituales son una segunda oportunidad para decir lo que el duelo no pudo escuchar en su momento”.
Puedes hacer una ceremonia íntima:
-
Encender una vela.
-
Colocar una fotografía.
-
Decir en voz alta lo que hubiera querido decir.
-
Agradecer la vida compartida.
En Sanctum Forest, muchos familiares realizan ceremonias similares al depositar cenizas o al sembrar un árbol. La naturaleza sostiene lo que la pandemia interrumpió.
🌾 3.2. Escribir una carta a tu ser querido
Esta es una herramienta recomendada por la Asociación de Tanatología del Reino Unido (Cruse Bereavement Support).
Escribir permite:
-
Dar voz a la culpa acumulada.
-
Expresar lo no dicho.
-
Reconectar con la memoria desde un lugar real, no desde el trauma.
Puedes escribir:
«Sigo aquí, pero sigo contigo. Hoy te libero del dolor y me libero yo de lo que pude haber hecho distinto».
🌾 3.3. Conversar con alguien sobre la pérdida
El duelo COVID fue muy solitario. Sin embargo, hablar es medicina.
La Universidad de Yale muestra cómo verbalizar el dolor activa zonas cerebrales que reducen la angustia y mejoran la regulación emocional.
Puedes elegir:
-
Un terapeuta.
-
Un guía espiritual.
-
Un tanatólogo.
-
O alguien de entera confianza.
El punto es dejar de cargarlo sola(o).
🌾 3.4. Crear un memorial natural
Muchas personas encuentran paz al crear un espacio vivo para honrar a su ser querido:
-
Plantar un árbol.
-
Colocar una piedra marcada.
-
Dedicar un sendero.
-
Colocar una plaquita con su nombre.
Sanctum Forest es un lugar ideal para esto: los memoriales naturales permiten que el recuerdo siga creciendo.
💬 4. Testimonio real: “Mi mamá murió sin que pudiera despedirme”
Maribel V., 42 años — Testimonio compartido en la plataforma “COVID Memorial México”
“Mi mamá murió en mayo de 2021. No pude estar con ella en el hospital. Durante meses sentí una culpa que no me dejaba dormir.
En 2023, plantamos un árbol en su nombre. Ese día lloré como no había podido llorar antes.
Creo que por fin la abracé, aunque no estaba físicamente.
Hoy siento que ella descansa, y yo también.”
Este tipo de testimonios reflejan una verdad compartida: el duelo post-COVID sí puede sanarse cuando se le permite hablar.
🌤️ 5. Tu ser querido no murió solo: murió acompañado por tu amor
Algo que muchos familiares necesitan escuchar — y creer — es esto:
Tu ser querido no murió solo.
Murió rodeado del amor que le diste toda su vida.
La presencia física no es la única forma de acompañar.
La presencia emocional, energética y espiritual traspasa paredes, hospitales y pandemias.
🌳 6. Una invitación: encuentra tu momento de cierre
Quizá la pandemia te arrebató la despedida que necesitabas,
pero hoy aún tienes la oportunidad de:
-
Honrar su nombre.
-
Crear tu ritual.
-
Agradecer su vida.
-
Encontrar paz.
Si deseas un espacio sagrado en la naturaleza para hacerlo, Sanctum Forest está aquí para acompañarte.
Tu duelo merece un lugar donde respirar.
Tu corazón merece descansar.
Y su memoria merece trascender con luz.
