Una tarde de Marzo partió mi amado Guss a sus 43 años, vivió una vida plena y llena de alegría y felicidad, nunca se le veía enojado, su fórmula era vivir cada día como si fuera el último así que lo disfrutaba al máximo.
Le encantaban los retos, trabajar, ayudar a los que le rodeaban, siempre tenía una palabra de aliento, con su personalidad te alegraba el día, pero sobre todas las cosas me amo intensamente con un amor tan lleno de todo, no había un día que no me sorprendiera y llenara de fuerzas, hasta en el momento más difícil me sacaba una sonrisa. Todos los que lo conocieron recibieron siempre una frase, un chiste o una de sus locuras tan características de el, podía correr en el súper y ponerse a bailar, cantar en la regadera aunque lo oyeran los vecinos, platicar con toda la gente, gozaba alegrar a sus sobrinas con su música aunque no soportara sus ritmos, le encantaba la comida y un buen vino, también gozaba causar debates y discusiones que no siempre ganaba, nunca se dejaba abatir por el cansancio o enfermedad, le encantaba manejar y tener aventuras, le gustaba planear sorpresas y sorprenderme siempre, pero sobre todo los que lo amamos sabemos que era un amigo incondicional, un tío consentidor y amoroso, que en ocasiones lograba parecer hasta un papa, un yerno-hijo detallista, un cuñado incondicional, un hijo que supo demostrar cómo salir adelante a sus padres pero sobre todo, un esposo maravilloso que logró amar y ser amado a plenitud. Te extrañaremos por siempre, pero un ángel como tú siempre vivirá entre nosotros. Mi corazón y mi alma seguirán unidos a ti por siempre.