Nada debe hacerse inmediatamente después de la muerte de una persona. Tómate el tiempo que necesites. Algunas personas quieren quedarse en la habitación con el cuerpo; otros prefieren irse. Es posible que desee que alguien se asegure de que el cuerpo esté acostado antes de que las articulaciones se pongan rígidas y no se puedan mover. Este rigor mortis comienza en algún momento durante las primeras horas después de la muerte.
Después de la muerte, el tiempo que puede permanecer con el cuerpo puede depender de dónde ocurra la muerte.
Si sucede en casa, no hay necesidad de mover el cuerpo de inmediato. Este es el momento para cualquier costumbre religiosa, étnica o cultural especial que se realice poco después de la muerte.
Si parece probable que la muerte ocurra en un centro, como un hospital o un hogar de ancianos, discuta cualquier costumbre o ritual importante con el personal desde el principio, si es posible. Eso les permitirá planificar para que pueda tener el tiempo adecuado con el cuerpo.
Algunas familias quieren tiempo para sentarse en silencio con el cuerpo, consolarse y tal vez compartir recuerdos. Puede pedirle a un miembro de su comunidad religiosa o a un consejero espiritual que venga. Si tiene una lista de personas para notificar, este es el momento de llamar a aquellos que quieran venir a ver el cuerpo antes de que lo muevan.
Tan pronto como sea posible, la muerte debe ser declarada oficialmente por alguien con autoridad, como un médico en un hospital o médico de cabecera o una enfermera de hospicio. Esta persona también llena los formularios que certifican la causa, la hora y el lugar de la muerte: Certificado Médico de Defunción. Estos pasos permitirán que se elabore un certificado de defunción oficial. Esta forma legal es necesaria por muchas razones, incluidos los seguros de vida y las cuestiones financieras y de propiedad.
Si el hospicio está ayudando, ya existe un plan para lo que sucede después de la muerte. Si la muerte ocurre en el hogar sin cuidados paliativos, intente hablar con el médico, el médico forense local (médico forense), el departamento de salud local o un representante de la funeraria con anticipación sobre cómo proceder.
